Bombones de helado de fruta

Tenía melocotón y nectarinas en la nevera que se me iban a echar a perder y Emma dijo: haz algo que no sean batidos, no?!!

La vida está hecha para aprender cosas nuevas cada día (o casi) y Emma me ofrece un sin fin de cosas que debo aprender (y poco tiempo para estudiarlas). 
Una de las que tengo pendientes, y que me gustaría dedicarle mas tiempo, es la cocina. Si, me defiendo a los fogones, aunque mas como un gato panza arriba que como una ama de casa de los años 30. Y me encantaría entrar en la cocina y salir con un pastel que tuviera buen aspecto y buen sabor...
Me encantaría entrar en la cocina y sentirme a gusto, segura de que el éxito me espera en la mesa dentro de 30 minutos, pero ni por asomo. La verdad es que al entrar en la cocina no me siento muy cómoda, los cacharros por fregar, los fogones a medio limpiar, la mesa hasta la bandera de cosas son prueba palpable del desorden que hay en casa, del que me gustaría deshacerme con un simple chasquido de dedos. Del que NECESITO deshacerme en un chasquido de dedos, por que ese es el único tiempo que tengo para hacerlo.
Desgraciadamente ni soy Samantha de "embrujada" (bewitched) moviendo la nariz, ni tan buen alumna de hogwarts como para que Dumbledore pudiera enseñarme algo. Qué le voy a hacer.
Lo que si hago es ordenar todo lo que puedo en el tiempo que tengo. y casi siempre consigo que mi cocina parezca la de otra...
En fin, estábamos en la fruta que se pochaba en mi nevera, Emma pidiendo milagros y en mi cabeza aparecieron, de repente, unas cubiteras con forma de delfín que aun no había utilizado...
Y ya está, ¡¡¡mamá tuvo una idea para conseguir que Emma y papá tomaran fruta!!!

"Si hago unos mini heladitos con el batido ya no será batido, serán helados... Pero en cuanto los vea sabrá que son fruta y yo me empacharé a delfines lo suficiente como para que greenpeace exija venganza...¿¿¿Y si los recubro de chocolate???"


Dicho y hecho.
Y sin mirar receta alguna, para evitar perder tiempo buscando la receta perfecta, me puse a ello.
Pelar, cortar y triturar la fruta no necesita receta, añadir yogurt líquido y zumo tampoco, verter la mezcla en las cubiteras, lo mejor posible y con mucho cuidado, no hacía falta que me lo dijeran (ni siquiera Google). Esperar a que se congele no es de receta, es de cajón. Ese día, en ese momento, mi cocina no era un desorden, era un laboratorio.
Pasados un par de días, los que necesite para recoger toda la cocina, comprar chocolate de cobertura (tarrinas Lidl de choco con leche) y para tener a Emma disponible, estaba segura de que si ella era partícipe se los comería como una campeona, me puse manos a la obra (mejor dicho NOS PUSIMOS).



Sacamos las cubiteras del congelador, preparamos un plato grande, calentamos en el micro el chocolate, y sacamos los delfines, poco a poco, poniéndolos en el plato.
Suena fácil, pero sacar los delfines fue bastante complicado. Eran cubiteras de silicona: "se pueden doblar y son geniales para sacar los hielos" me dijeron y si, se podían doblar, pero los delfines hay que matarlos antes...¡¡no veas como resbalaba el pez de las manos!! y ahí estábamos nosotras pescándolos por la mesa, no, es broma, (aunque alguno si paso por mesa, fueron los menos) fue difícil sobretodo porque se rompían las colas de los delfines y dejaban de parecer delfines...
Si hubiera mirado en recetas probablemente los habría pinchado con un palillo antes de congelarlos para que nos resultaran mas fácil de sacar, pero las prisas no son buenas consejeras...
Conseguimos ponerlos en el plato y empezamos a untar el chocolate por encima...era lento, demasiado lento, como para que se descongelaran con el calor del chocolate, y no se agarraba bien al delfin, ¡¡se quedaba en la brocha!! Entonces pasamos a la cucharilla y así lo conseguimos, rociando chocolate con cucharilla los delfines.
Imaginaos el aspecto de la mesa cuando acabamos, no me pude contener, tengo una afición insana con el chocolate (el buen chocolate para los mal pensaos) empece relamiéndome, pasé por los dedos y acabe dando un repaso a la mesa...Emma no salía de su asombro pero... al final, olvidó sus remilgos y me pidió que la aupara porque no llegaba a un manchote de choco que la miraba fijamente desde hacía un rato.



Esa noche, para postre de la cena, pudimos tomar bombones. Estaban algo ácidos para mi gusto, así que no digamos para ella, ademas se notaba mucho que eran batido de fruta congelado. A Emma no le gusta mucho la fruta y a papá tampoco. así que en cuanto tomo un bocadito pequeño, mas exactamente un trocito de la cola del delfín (del delfín tamaño cubito), dijo que no quería mas y papá tampoco. Así que tuve bombones durante 3 días para mi solita.
Ahora que Emma y yo nos lo pasamos genial recubriendo los bombones de chocolate, arrebañando la mesa  y grabándolo, para la posteridad y youtube.
Bueno, el objetivo que yo tenía no se cumplió, Emma no comió fruta en bombón, ¿mereció la pena el esfuerzo? para mi, por supuesto. Ya dije que ser padres no es solo cubrir sus necesidades, si no también crear recuerdos. Y este es para siempre, aunque sea porque aparece en nuestro canal de youtube.



Comentarios